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TREINTAÑERAS CAÑERAS: «NO TENEMOS MIEDO A EXPERIMENTAR Y MEZCLAR, SIEMPRE Y CUANDO SE CONSERVE NUESTRA ESENCIA»

TREINTAÑERAS CAÑERAS: «NO TENEMOS MIEDO A EXPERIMENTAR Y MEZCLAR, SIEMPRE Y CUANDO SE CONSERVE NUESTRA ESENCIA»
11 APRIL 2022

A mediados de 2017, bajo «un nombre engañoso para alimentar virtualmente un ego herido», se conforma en Vigo Treintañeras Cañeras, de aquella cuarteto, de treintañeras poco-o-nada, de cañeras todo y de conejitas «bastante». Cinco años más tarde, Treintañeras es hoy un power trio compuesto por Manel López (voz, guitarra), Adrián «Champi» Rodríguez y Óscar Freire (bajo), banda conocida —y reconocida— por un su autodefinido «punk metal level 1», rock ’n’ roll crudo y unas letras que desprenden rabia e ironía a partes iguales.

Tras una demo, un par de EPs y una pandemia que sortearon con la publicación de varios singles, Treintañeras Cañeras lanza ahora Música para el programa de Bertín Osborne (Galunk Producións, 2022), su primer disco. Grabado y mezclado por Paco Serén en Eclipsis Estudios (Ponteareas), el largo recoge ocho temazos que mantienen la esencia crítica y ácida de sus inicios, de «grupo punk, […] con música “diferente” y esa letra con una esencia más “antisocial”».

 

 

Desde 2017, y tras un par de cambios en la alineación titular, Treintañeras Cañeras lleva, eso, dando caña, cera y rock ‘n’ roll a partes iguales encima de los escenarios. ¿Cómo fueron los inicios de la banda

Manel López: «Pues como todo, empezó siendo un grupo de amigos haciendo música en un galpón y, sin darnos cuenta, se nos fue de las manos... El proyecto fue tomando forma y transformándose poco a poco hasta lo que hay ahora».

Adrián «Champi» Rodríguez: «En un galpón con humedades y WC portugués».

 

¿Por qué el nombre? ¿Lo consideráis vuestro alter ego o alberga la misma seriedad que vuestro logo de conejitas playboy?

Manel: «Las dos. Nosotros, aparte de no querer encasillarnos en el habitual macho o hembra, somos bastante conejitas todas».

Champi: «Si lo de conejitas es por la verdura... SÍ».

 

Óscar, tú eres el último fichaje, a la batería. ¿Cómo fue adaptarse a la dinámica de Treintañeras?

Champi: «¡El batería soy YO, Champi! Y el de la verdura es Óscar».

Óscar Freire: «La verdad es que fue muy fácil; desde el primer ensayo me acogieron como uno más del grupo, me enseñaron los temas relativamente rápido y montamos un directo bastante completo.

Además, ahora mismo creo que contamos con una muy buena conexión, tanto musical como personal, y eso se puede ver encima del escenario».

 

 

Dentro del rock ‘n’ roll ¿dónde encajaríais vosotros el estilo de Treintañeras Cañeras? ¿Cuánto de punk hay en vuestro rock?

Manel: «No nos gusta mucho encasillarnos en un estilo determinado pero, si fuese el caso, diríamos que es metal nivel 1 para dummies. Por gracia o por desgracia tenemos un estilo propio que se parece a muchas cosas, pero no se parece a ninguna, y es algo que nos mola; sonar a nosotros mismos».

Champi: «Tocamos con distorsión y el volumen al 11. Supongo que es punk metal level one, como bien dice Manel».

 

Y respecto a las influencias ¿a quién señalaríais? ¿Alguna referencia en particular que nos pueda sorprender... Bertín Osborne, Rocío Jurado?

Manel: «Sin duda bebemos de muchos sitios, como cualquier grupo, ¡inclusive dichas leyendas del rock estatal!».

Champi: «Tu Madre Es Puta es mi banda prefe».

 

Paco Serén, antiguo guitarrista de Los Piratas, está presente en la producción de todos vuestros temas. ¿Cómo llegasteis hasta él? ¿Viene siendo una treintañera cañera más?

Manel: «¡Por supuesto! Conocemos a Paco gracias a los trabajos que hacía de mezclas y producción. Nos encantó. Creo que el agrado fue mutuo, y empezamos a trabajar con él; desde aquella nunca nos volvimos a separar. Es una más de nosotros».

Champi: «A puerta fría, como los de Acnur y Gas Natural. Nos molaba como mezclaba, safamos la dirección de su casa y llamamos al timbre. Paco es miembro».

 

 

 

Desde un primer momento, tanto el diseño gráfico como los visuales con los que acompañáis vuestras canciones tienen un carácter un tanto... ¿provocador? ¿Irreverente? ¿Con qué objetivo?

Manel: «Creemos que ya forma un poco parte, sin quererlo, de nuestra identidad. No somos muy fans de las letras o contenidos vacíos. Y como de amor y desamor todavía no ha llegado la inspiración, qué mejor que sacudir la alfombra de la actualidad y sacar toda la basura fuera».

Champi: «La culpa de casi todo esto es de Diego; hablad con él».

 

En “S.U.A.J”, de Calienta que sales (2018), cantabais como el trap es «exceso de autotune» y «un tumor que hay que extirpar». Venga, ¿seguís manteniendo esta postura?

Manel: «Está clarísimo; a día de hoy, la escena cambió mucho con respecto a 2018, pero aún así, y como dijimos en la pregunta anterior, no somos muy fans de los contenidos vacíos. Pero nos alegramos de que todo progrese adecuadamente.

Champi: «“Lo siento mucho, nos hemos equivocado. No volverá a ocurrir”».

 

 

Vuestro segundo trabajo, Cabaña Caníbal (2019), terminaba por definir vuestro sonido, de guitarras afinadas y voces agresivas y personales. ¿Cómo fue la evolución hasta conseguirlo?

Manel: «Fue un EP muy especial. El cambio más importante fue la salida de nuestro primer bajista y el paso a power trio. Nos dimos cuenta que el número tres era la clave de todo este asunto, y poco a poco fuimos encontrando nuestro sonido y nuestro espacio. Esto nos llevó hacia esa grabación, junto con una etapa compositiva y de producción bastante buena, tanto por nuestra parte como por la parte de Paco Serén.

Lo cierto es que quedamos muy satisfechos con ese EP y con los cambios que hicimos».

Champi: «Muchas horas de ensayo y mucho trabajo de Papá Paco».

 

Los títulos de vuestras canciones precisarían una entrevista aparte, ¡y las letras! Las letras, cargadas de humor, ironía y rabia. ¿Qué o quién las inspira? ¿Diríais que el sarcasmo y la crítica son vuestra esencia?

Manel: «Con la que está cayendo... nos sobra inspiración, por gracia o por desgracia. Nos está quedando un mundo en el que es mejor reírse, ironizar y descargar todo lo que llevamos dentro que pensar realmente en la realidad. Digamos que es nuestro “mecanismo de defensa” delante de esta situación tan complicada que nos toca vivir a todos».

Champi: «Dedicamos muchas horas a tonterías varias; es un poco meme rock».

 

 

A la hora de componer, ¿cómo suele ser el proceso creativo? ¿Podríamos hablar de un 50% letra, 50% música? ¿Tienen estos dos elementos la misma importancia para vosotros?

Manel: «Por supuesto; nosotros personalmente queremos esto, realmente no deja de ser un grupo irónico, un grupo de punk, pero tratando de hacer siempre lo que nos mola y disfrutar de la buena música. Digamos que la intención es mantener la esencia crítica y ácida, pero saliendo del típico molde donde se metió —o se autoencasilló— la “música punk”.

Así, puedes disfrutar una canción potente, con una música “diferente” a lo que estás acostumbrado, pero también disfrutar esa letra con una esencia más “antisocial”. Esa es la finalidad; tratar de hacer buena música, pero tampoco forzando la máquina ni teniendo grandes pretensiones».

Champi: «Diría que nuestras letras son el 70% y la música el 30%. Aunque algunos estribillos solo lleven una palabra».

 

Estáis presentando Música para el programa de Bertín Osborne (2022), vuestra tercera referencia y primer largo... del que sabíamos, por vez primera, justo diez días antes del estado de alarma. Creativa (y anímicamente) ¿de qué manera os afectó al confinamiento?

Manel: «En el tema cultural y musical, fatal, como a todos los grupos y al tejido musical en general. En el terreno compositivo fue muy productivo, pues ahí comenzó a nacer el disco; teníamos el tiempo que nunca habíamos tenido y muchas cosas que maquinar con tranquilidad».

Champi: «Yo en el confinamiento solo miré series, pelis y jugué a la Play».

 

 

En mayo de 2018 confesabais que «el disco está muerto» pero ahora, luego de una demo, dos EPs y varios sencillos, llega… ¡el disco! ¿A qué se debe este cambio? ¿Qué ventajas y desventajas notáis entre la publicación en los diferentes formatos?

Manel: «[Risas] Estáis muy muy preparados... ¡por la boca muere el pez! A ver, en realidad el disco es un mero pretexto para un gran plan maestro del que no podemos hablar aún».

Champi: «Tenemos muchos colegas del mundo de la noche y demandaban el formato CD para llevar en la guantera».

 

¿Cuánto de autobiográfico y cuánto de ficción tiene el tema de “Balconazis”?

Manel: «“Balconazis” es la vida misma, en lo que desembocó la sociedad desde la época de la pandemia hasta hoy. Decían que íbamos a salir mejores personas, pero cada día vemos más envidia, autoridad moral de a pie, menos empatía y amor... El tema va dedicado a todas esas personas, que podemos ser cualquiera en realidad».

 

 

Los vídeos que acompañan los temas son auténticas obras maestras, desde las Barbies hasta la azafata asiática bailando, pasando por el McAuto y la niña disfrazada de médico de la peste. ¿De dónde (¿¡y cómo!?) sacáis las ideas? ¿Cuál es vuestra implicación en su realización?

Manel: «Hasta el momento, todos nuestros vídeos son autoproducidos; nos encargamos de la idea original, de la grabación, edición, etc. Podríamos quedar bien y decir que es porque tenemos un talentazo y bla, bla, bla, pero es puramente porque no tenemos ni un chavo para pagarle a alguien que lo haga por nosotros.

Las ideas salen también igual que las letras y el asunto principal del grupo, tratamos de canalizar esa ira y esa frustración que tenemos en algo productivo, humorístico y muy muy satírico».

Champi: «Hacemos nosotros todo, desde rescatar Barbies del fondo de cajones ajenos hasta la propia edición».

 

 

 

En la portada distinguimos, el demonio con la camiseta del Rayo Vallecano, la niña del exorcista con la camiseta de cuando CR7 era el astro merengue, un camello besucón... todos alrededor de la casa de Bertín (así, en confianza). ¿Qué representan?

Manel: «Queríamos representar cada una de las canciones del disco. Todo está basado en mensajes subliminales y códigos visuales ocultos; por eso tienes que escuchar el disco también, para encontrarles el sentido».

Champi: «Si miras bien incluso hay un grafiti muy muy vigués, “Santo Ladrón del Bingo”».

 

El último adelanto del LP fue “Lolita”... y su correspondiente videoclip. Necesitamos saber todo sobre él: ¿Por qué el desierto (y que desierto es)? ¿Quiénes son los dos bailarines, los conocéis? ¿El camello...? ¿Los subtítulos son realmente la traducción de la letra o es un Lorem Ipsum en árabe?

Manel: «Es todo completamente real, intencionado y personalizado. A través de Internet contactamos con estas dos personas y su camello; ambos viven en un desierto africano, y le propusimos hacer un videoclip; a ellos les hizo gracia y aceptaron. Casi no tuvimos que hacer nada, nos dieron muchas facilidades.

Si alguien está interesado en contratarlos, que hable con nosotros por privado; ahora nosotros somos sus representantes y les llevamos la contratación».

Champi: «Los del vídeo son colegas contratados por Internet. Era más fácil safar el camello así que en el barrio».

 

 

Esta canción, “Lolita”, la etiquetabais como reggae punk; un corte donde escuchamos a unas Treintañeras más “románticas” y melódicas. ¿Esta nueva faceta está aquí para quedarse? ¿Estáis abiertos a experimentar con otros estilos (trap... tal vez)?

Manel: «La verdad es que no tenemos miedo a experimentar y mezclar nuestras músicas, siempre y cuando conserven nuestra esencia y no se pierda el rumbo.

Esta canción es muy irónica, ya que deconstruimos un romántico poemario de Nabokov, con una emulsión de rock 'n' roll sobre una base de reggaeton (¡como diría un chef moderno de estos!)».

Champi: «Fue culpa de Manel. A mí no me mola mucho, pero cuando la toco cierro los ojos e imagino que estoy en Silleda tocando con la Panorama».

 

Por su parte, en el videoclip de “Rata Camboyana”, leemos que una parte del tema es «un plagio descarado a los Foo Fighters», aclarando después que es un «guiño». Para vosotros, ¿cuál es la línea que separa un guiño de un calco?

Manel: «Pues es un tema complicado. Al final, la música y las melodías ya están casi todas inventadas; existen millones de canciones y todo el mundo se ve un poco condicionado cuando quieres crear, ya que tu cabeza lleva mamando música ajena desde niño.

En esta ocasión en concreto, era el 25 aniversario de los Foo Fighters y queríamos hacerle un pequeño tributo. Creemos que si lo principal de la canción está basada en una canción que ya existe es un calco, pero si metes diez segundos que se parecen a un temazo... es un guiño, un homenaje».

 

 

En el largo escuchamos un «fuego Lolita, ese culo es dinamita» contra el «no quiero tu piropo, quiero que te mueras». ¿En qué quedamos, cumplidos sí o cumplidos no? ¿Cuál fue el mejor (¿o peor?) piropo que habéis recibido vosotros o vuestra música?

Manel: «Una de cal, otra de arena; esa es nuestra línea. Por eso, encadenando con esta frase, el mejor piropo que nos echaron nunca fue: “Yo vine pensando que erais mujeres y me encuentro esto, qué asco”.

Champi: «Hace unas semanas tocamos en uno programa de televisión y la realizadora le dijo al bajista que estaba CACHONDÍSIMO».

 

En “Festiguay” criticáis abiertamente las dificultades que tuvisteis para tocar en festivales. A lo largo de estos años, ¿con qué (otros) obstáculos os habéis encontrado?

Manel: «No queremos tocar mucho este tema, ya que está quemadísimo, pero bueno, cualquiera que esté un poco en la música es consciente de la mafia cultural y asociativa, tráfico de influencias y amaños que existen. Aunque todo el mundo calle, las Treintañeras no».

 

A nivel musical, ¿cómo veis la escena local viguesa? ¿Pensáis que, conceptualmente, queda todavía algo de aquella movida viguesa de los 80?

Manel: «Ahora mismo es una gozada ver todas las bandas y movimiento que hay en Vigo, y también el talentazo que existe, pero pienso que es diferente a los años 80. En aquel momento, lo guay era que un político metiese mucha pasta en la música y en la juventud, y había un movimiento sociocultural gigantesco.

La sociedad cambió mucho; ahora existe mucho más talento, pero ni dinero, ni apoyo cultural, ni genera la repercusión que considero que se merece toda esta gente que hace cosas realmente increíbles. Siempre los cuatro grupos de siempre, con el mismo dinero de siempre, en los mismos eventos públicos de siempre».

 

 

Presentabais el disco, y estrenabais vuestro tour en el, también recientemente inaugurado, Molotov Club (Vigo). Después de tantos meses (años, de hecho), ¿cómo fue la vuelta a los escenarios teniendo en cuenta, además, que jugabais en la casa?

Manel: «Está todo siendo inmejorable. El disco tuvo una acogida increíble y en los directos el público es brutal; la gente se está portando con nosotros estupendamente. ¡La verdad es que está saliendo todo a pedir de boca!».

 

 

Al hilo, seguís girando por Galicia; venís de tocar en Ourense, Vilanova de Arousa, Santiago de Compostela... ¿Qué podemos esperar de un directo de Treintañeras Cañeras?

Manel: «Siempre intentamos no dejar a nadie indiferente. La gente puede esperar rock 'n' roll, sudor, y muchísima diversión. Un directo lleno de sorpresas y, sin duda, muy potente».

Champi: «Mucha distorsión, sudor e hipoacusia».

 

En la actualidad, ¿qué artista o grupo gallego nos recomendaríais? ¿Algún favorito que deberíamos conocer?

Manel: «Hay un grupo de la zona de Carballiño (Ourense) llamado Te Quiero Abuela al que estoy muy enganchado últimamente; no puedo explicarlo, hay que escucharlo. ¡Superrecomendado!».

 

Si abriésemos vuestras cuentas personales de Spotify, ¿qué escucharíamos? 100% Sinceridad, 0% Vergüenza.

Manel: «¡Un poco de todo! Por mi trabajo tengo bastantes canciones infantiles y obras clásicas, ya que trabajo con niños; también hay clásicos como Rage Against the Machine, Foo Fighters o Frank Carter; música local emergente, grupos como Sexy Zebras, Fuel Fandango... ¡un poco de todo!».

Champi: «Desde Andrés do Barro hasta Royal Blood pasando por Treixadura o Tu Madre Es Puta».

 

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