SHEILA PATRICIA: «‘ORIXE’ QUIERO QUE SEA UN ABRIR DE BOCA PARA LO QUE VENDRÁ EN LOS PRÓXIMOS AÑOS»
Su experiencia está ligada a la palabra y a la poesía, engarzándolas con una elegancia y sensibilidad extraordinaria y, aunque la conocimos a través de composiciones cercanas al jazz, al fado o al folclore latinoamericano, Sheila Patricia es hoy una de las grandes voces de la nueva canción de autora en Galicia. Un año después de debutar con El camino de los sueños (2017), la compositora e intérprete empezó a trabajar en un nuevo proyecto, en la investigación y definición de un sonido donde mezcla tradición y vanguardia, música de raíz y electrónica, instrumentos de percusión gallegos y africanos... Una vuelta a los «orígenes» desde una perspectiva renovada.
El resultado es Orixe (2022), su nuevo disco, y primer largo, que materializa estos últimos años de trabajo; de la canción de autor o el jazz de sus inicios hasta el folclore gallego con tintes de vanguardia y world music. Con Galicia como eje, la decena de canciones que recoge el LP engloban tradiciones musicales y, a la vez, están cargadas de melodías electrónicas e contemporáneas.
© Aitor Ramos Soto
Vienes de una familia de músicos: tu abuelo en el saxo, tu abuela y tus padres a la voz... Teniendo la música en los genes, ¿fue este ambiente familiar lo que te animó a empezar?
Sheila Patricia: «Fue inevitable viviendo en un ecosistema así. La música para mí es el lenguaje del amor, de la comunicación familiar e íntima. Es símbolo de celebración, pero también de lo cotidiano; de mi padre y mi madre preparándose para salir cantar a un escenario que yo pisaría después como invitada, siendo niña; o de mi abuela en la sobremesa contando cómo era ir al mar con su padre y cantándome las mismas canciones que ella cantaba; de mis hermanos tocando en fin de año para celebrar el Año Nuevo y aporreando cualquier instrumento que apareciese por casa, divertidos y felices... Al final es eso, para mí la música es una forma de celebrar la vida».
Funky, latin, lírico, folk, fado, jazz... La versatilidad de tu voz es uno de los puntos que más llama la atención de tu trabajo. ¿Cómo llega una a defenderse tan bien en estilos tan diferentes? Háblanos un poco de tu formación vocal.
Sheila Patricia: «Creo que con curiosidad, fundamentalmente. Fui alumna de canto de María Costas muchos años y aprendí muchísimo con ella; también tuve otras maestras e hice muchos cursos, pero por otro lado. La formación en danza me enseñó muy bien lo que es tener una buena conciencia y disociación corporal y, al final, utilizar el instrumento en su totalidad. Para mí, todo el cuerpo es voz. Es más, nuestras emociones son voz, nuestros pensamientos. Todo influye en nuestra forma de cantar y contar.
Está claro que a nivel vocal es importante tener un buen instrumento, pero también es importante entrenarlo. Siempre lo tuve claro: hay que formarse en técnica vocal y en otras disciplinas que puedan aportar y enriquecer tu canto. Y escuchar mucho a los clásicos, a los grandes cantantes de otras épocas que tan bien sabían contar».
Esa voz solía escucharse arropada por los acordes de una guitarra. ¿Fue siempre este tu instrumento de referencia?
Sheila Patricia: «Sí, a la hora de cantar todo empezó con la guitarra y así sigue siendo en la actualidad. Aunque fueron llegando otros instrumentos y yo, en paralelo, tocaba la gaita y la flauta travesera desde muy niña, la guitarra como instrumento acompañante universal siempre estuvo ahí».
© Aitor Ramos Soto
Hija de emigrante con las raíces bien profundas en Galicia, ya es tradición que, cada enero, cruces el charco para girar por Argentina (Cosquín, Rosario, Buenos Aires). ¿Qué significa para ti compartir tu música en la tierra de tu padre? ¿Cómo describirías la acogida en la otra orilla del Atlántico?
Sheila Patricia: «Es muy impactante, pues todo el mundo tiene un pariente de Galicia o conoce historias de gallegas y gallegos. ¡Por algo le llaman la “quinta provincia”! El nivel de admiración y amor que hay por nuestra música es muy impactante. Además, quedan muchos gallegos ya avanzados en edad que emigraron por el hambre y la dictadura, así que puedes observar perspectivas ideológicas que nada tienen que ver con la realidad de nuestros mayores de aquí.
Realmente es muy reconfortante poder seguir los pasos de tantos emigrantes, de mi padre mismo; volver y llevarles un trozo de Galicia… Siempre acaban emocionados y claro, yo también».
En tu debut, El camino de los sueños (2017), un EP con cuatro canciones de autora con influencias del jazz y la música latina y dos versiones, destaca tu voz intimista entre una delicada instrumentación. ¿Cómo surgió la idea de este primer álbum? Su dirección musical corrió a cargo del reconocido pianista pontevedrés Gabriel Peso. ¿Cómo recuerdas la experiencia de trabajar junto a él?
Sheila Patricia: «Fue una idea junto a Gabriel Peso. Yo vivía en Madrid y tenía ganas de grabar algo; tenía muchas canciones, muchas aún inéditas a día de hoy, y con Gabriel decidimos hacer algo en directo con la banda y darle el tinte jazz que lo caracteriza, a él y a mi música de aquel entonces. Tenía mucho interés en ese estilo, en experimentar con él y vivir la experiencia del estudio.
¡Realmente fue un trabajo de dos días! Preparé las canciones, ensayamos un día y al siguiente grabamos en el estudio. No duró más que eso; una verdadera vorágine. Pero era de justicia sacar esos temas, que algunos tenían más de diez años, composiciones de mi adolescencia.
A día de hoy, Gabriel y yo seguimos trabajando juntos en otros aspectos fuera de nuestras carreras en común, y guardamos una cariñosa relación».
Estas primeras composiciones se acercaban al bolero, tango o fado, pero la Sheila Patricia de ahora es una mezcla de ritmos tradicionales y actuales. ¿Qué, o quién, dirías que influenció tu gusto musical para conseguir esta mezcla tan original de estilos y hacer esta música fusión?
Sheila Patricia: «La raíz me interesa mucho; el fado es raíz, el tango es raíz, el bolero es raíz... no la nuestra, pero todas son en su lugar música de raíz. Al final siempre estuve interesada por la fusión. Siento que soy pura fusión de siempre.
La música tradicional me llega desde muy pequeña; yo tocaba la gaita en el grupo de mi pueblo, pero tenía pendiente contemplar mi tradición desde la voz, que es mi instrumento por excelencia. Así que, en 2018, nos pusimos a trabajar con mi productor en el proyecto que tengo hoy, que mezcla tradición y electrónica, y con el que llevo un par de años rodando. Después de El camino de los sueños, tan en directo, cómo sonaba todo sin producción alguna, tenía ganas de producir y vestir mis canciones con los colores que a mí más me seducen».
La poesía también está presente en tu música y, en ese primer EP, tu madre recita un poema propio, ‘Abandono’. ¿Fue este vínculo lo que te llevó la musicalizar a otros poetas? ¿Cómo influyó la poesía en tu proyecto musical?
Sheila Patricia: «Sí, mi madre, la escritora gallega Xulia María, tiene mucha responsabilidad. Ella me inculcó el amor por las letras; me lee poesía desde pequeña y me regaló los libros más importantes de mi vida, que determinaron caminos a tomar y configuraron mi imaginario. La poesía es un lenguaje esencial, necesario para el ser humano, y que alimenta nuestra sensibilidad e imaginación».
Al hilo, en “Camiño branco” le pones música a versos de Rosalía de Castro, posiblemente la poeta más musicalizada en nuestra tierra. ¿Cómo afrontaste su musicalización? ¿Por qué este poema en concreto?
Sheila Patricia: «Fue como si Rosalía viniese a chivarme armonía y melodía al oído; no tuve que pensar nada, ya que el propio poema me lo dijo todo. Tratando de reflejar ese llanto de la poesía de Rosalía, llegaron las notas de “Camiño Branco”.
Cuando nos sentamos a componer música para una poesía ya escrita, creo que hay que escuchar a la escritora; no querer traerla a tu campo, sino ir tú al de ella y navegar en su universo hasta que el lenguaje escrito y el musical sean uno. Es ambicioso, pero esa es la energía que me mueve».
Acabas de publicar tu nuevo disco, y primer largo, Orixe (2022), producido entre Galicia y Argentina de la mano de Agustín Sánchez. ¿Cómo fue el proceso creativo, teniendo en cuenta que parte de él se desarrolló en medio de una pandemia?
Sheila Patricia: «Pues igual que con casi toda mi música, lo tuve muy claro; definimos las maquetas, que suenan prácticamente igual a lo que fue en el disco, en apenas tres días. Sabía lo que quería contar, cómo lo quería contar y cómo quería que sonase. No tuve ninguna duda.
La pandemia nos cogió con el disco listo; simplemente decidimos parar para observar cómo se movía todo. La idea de lanzar un disco sin expectativas de poder presentarlo en concierto no me gustaba, así que decidí tener paciencia y esperar, aunque fueron saliendo sencillos; la impaciencia era grande».
La música de raíz gana protagonismo en este trabajo, donde se mezcla con otros estilos como el afrohouse. ¿Cuándo nace este interés por incluir música tradicional en tus composiciones?
Sheila Patricia: «Como decía, en 2018 fue cuando lo decidí; de hecho, “O mar”, que es un sencillo que sale en 2019, ya puede sugerir un poco lo que estaba planeando. Tenía muy claro lo que quería hacer: yo ya cantaba en una banda de música tradicional mezclada con otros estilos, pero quería sacar a la luz mi propia.
Siempre tuve muy claro lo que quería hacer, pero es un camino largo. Pasaron unos años para que este viese la luz en forma de disco. La influencia de la danza en mi vida siempre me llevó a los ritmos modernos, y soy hija de esta época... Es inevitable la fusión que trae este Orixe».
Como tus primeras canciones en gallego, “O mar” y “Novembro” fueron los «orígenes» de este Orixe, presentados como sencillos en 2019 y 2020, respectivamente. Aquí ya podíamos escuchar, digamos, a una Sheila Patricia 2.0. ¿Cuál fue exactamente el punto de inflexión, cuando empiezas a girar hacia a este renovado sonido atlántico? ¿Dirías que esta definición de tu sonido vino para quedarse?
Sheila Patricia: «Quién sabe si se quedará o no… Seguro que por un tiempo sí, pero me considero esencialmente una experimentadora. Así que seguro que los tiempos, como la vida, cambiarán ciertas cosas, y así debe ser —evolucionar, aprender, mezclar y disfrutar la música— no cabe otra idea en mi cabeza».
Con el folclore gallego como eje, en Orixeconfluyen distintas culturas a través de sus préstamos sonoros, como la percusión africana o la guitarra argentina. ¿De qué manera engarzas estos ritmos y melodías, aparentemente tan distantes, hasta alcanzar un resultado homogéneo?
Sheila Patricia: «Para mí está claro, está tan interiorizado en mi cabeza y en mi imaginario que no tengo que premeditarlo mucho. Me surgen canciones sobre nuestra vida del mar con un ritmo de la zona del litoral argentino, o de pronto compongo una muñeira con temáticas del otro lado; no lo pienso, lo siento, y creo que ahí está la clave de la sencillez».
© Llum A. González
Las diez canciones que recoge el disco engloban todas estas tradiciones musicales y, a la vez, vienen cargadas de melodías electrónicas y contemporáneas. ¿Qué opinas sobre esta tendencia tan en alza de combinar tradición y vanguardia?
Sheila Patricia: «Creo que es inevitable. En una época tan tecnológica era inevitable que también estos avances tecnológicos llegasen a la música y a la experimentación sonora. Creo que es una cuestión de generación, de tendencia histórica en la música gallega. Cambiará, claro, y quizás volverá en muchos años; lo veo muy natural».
Aunque lo vimos por primera vez tocando la pandereta en el videoclip de “Eido”, ya lo habíamos escuchado en otros adelantos del largo, como en “Maneo de Caión”, haciendo lo propio con el pandero. Hablamos de Gabi Reboredo, mitad del dúo Paraíso Canto. ¿Cómo llegaste hasta él y que buscas con su colaboración? Además de su percusión, ¿qué dirías que aporta a estas piezas y a tu directo?
Sheila Patricia: «Gabi es un gran amigo, un gran artista y una persona que aporta mucho a nuestra tradición, a la conservación de la misma y su difusión. Para mí es un gran divulgador y cantor, y un perfil artístico muy potente, con una elegancia muy especial y un gran carisma que, para mí, se ve pocas veces.
Tenía muchas ganas de darle un lugar especial en mi proyecto; además, tenemos una sincronía muy única en nuestras voces, un combo perfecto. Buscaba alguien que tocase percusión tradicional en el proyecto... y llegó él».
Como una alegoría al patrimonio inmaterial, «de todos y de nadie al mismo tiempo», en “Eido” cantas a la reivindicación de lo propio. En este aspecto, ¿qué papel crees que juega la música a la hora de conservar, y reivindicar, nuestra cultura? ¿Tiene algo que ver que el disco se llame Orixe?
Sheila Patricia: «Sí, todo tiene que ver, obviamente es una declaración de intenciones. La cultura y la tradición son elementos vivos, en su estudio, en su ejecución y transmisión, así como en la creación viva. Estamos aportando a nuestra cultura.
Hacen falta en Galicia voces nuevas, que lo viejo quede como elemento para aprender, no perder de vista a las maestras y maestros, pero que lo nuevo venga a reinterpretar lo ya hecho, que aporte nuevas visiones y creaciones desde lo sonoro y desde todas las artes. Es la manera más identificativa de una cultura junto con el lenguaje, el arte».
“Avoa Sefa” es un homenaje tu abuela «y, por extensión, a todas las mujeres gallegas». ¿Es ella la que canta? ¿Cómo ves la situación de esa mujer gallega en el panorama musical actual?
Sheila Patricia: «Sí, ella canta, como todos los domingos en la sobremesa o en cualquier lugar de casa y de las labores cotidianas. De esta forma nos criamos todos mis primos y primas, mi madre y sus hermanos. Es lo normal en casa. Era lo normal en las casas, de hecho. Tenemos una tradición oral que es oro y creo que este homenaje era necesario para mí. Tengo una admiración enorme por mi abuela, sus valores, su manera de ver el mundo y de apreciar la belleza, una humildad enorme y un carácter para defender su encomiable.
Creo que esta mujer, mi abuela Sefa, que representa a todas nuestras madres, abuelas y bisabuelas, es una figura fundamental. Desde la intimidad de nuestra vida diaria establecen los pilares fundamentales sobre los que nosotros sostenemos nuestro propio ser en el mundo, el lugar que defendemos como mujeres, los valores y los cuidados. Por fin hemos llegado a un momento en el que estos cuidados, estos referentes femeninos, están reivindicándose. Así debe ser, así me enseñó mi madre y mi abuela. Ellas crean el mundo».
© Llum A. González
© Aitor Ramos Soto
Los videoclips que acompañan a tus canciones cuidan hasta el más mínimo detalle, tanto en la puesta en escena como en la fotografía, y suelen estar firmados por Aitor Ramos Soto. ¿Cómo se desarrolla el trabajo creativo tras ellos? ¿Trabajáis mano a mano o tiene total libertad?
Sheila Patricia: «¡Ambas cosas! Aitor tiene total libertad y trabajamos mano a mano. Cuando se trabaja desde la independencia es muy necesario el apoyo entre todos los miembros del equipo, así como crear lazos humanos bonitos donde el feeling y la conexión sean elementos visibles en todo momento.
Creo que entre Aitor y yo hay un nivel de respeto y de admiración por la labor del otro que no hay que negociar prácticamente nada. Aitor es definitivamente un talentazo de nuestro audiovisual gallego, aún sin descubrir por mucha gente pero que, estoy segura, conseguirá el lugar que le pertenece, pues es la persona más creativa y artista que he visto detrás de una cámara. Soy muy afortunada de que trabaje a mi lado y ponga su arte de la mano de la mía».
© Aitor Ramos Soto
“A Moura” está basada en este ser mitológico de la tradición gallega y su videoclip está lleno de referencias a estas “deidades”: flores y colores rojos, tesoros, serpientes y sillas de piedra. ¿Qué te inspiró de este mito para hacer una canción?
Sheila Patricia: «Todas tenemos la referencia de alguna Moura que apareció cerca de algún lugar de nuestro entorno. En mi caso así es. Además, me acuerdo mucho las clases de antropología con Rafa Quintía, maravilloso antropólogo gallego y maestro en la universidad, que nos explicaba los ritos sobre este personaje tan antiguo y tan nombrado en nuestra cultura. Y que también despertaron mis ganas de reflejar este patrimonio inmaterial tan potente que tenemos y que no se enseña en las aulas, y que creo que es base fundamental de nuestra cultura.
A Moura me atrae por su feminidad tan diferente a la sumisión cristiana de la mujer, tan pagana y tan poco Virgen como la iglesia educaba que debíamos ser. Quise representar a una mujer seductora, que disfruta de los placeres de la vida sin pecado, sin castigo y con total empoderamiento. Se trata también de ese abandono del amor romántico y de las estructuras de vincularse sexoafectivamente tradicionales. Se trata de una Moura que vive en su cueva pero que sube a la superficie con una forma muy natural, y tiene forma humana en todo momento, clara simbología a la desmitificación de la mujer que no es casta, que antiguamente era bruja, puta u obra del demonio.
Nuestra intención era precisamente traerla a la superficie, liberarla del hechizo y darle una forma humana en la que no es mitificada ni demoníaca; ella es en todo su ser, sin dar explicaciones a nadie. Claramente representa el empoderamiento femenino».
En algunos de estos vídeos vemos a una Sheila Patricia disfrutando tanto de la música como del baile al sonido del afrobeat. ¿Cuál es tu relación con la danza y, concretamente, con estos ritmos africanos?
Sheila Patricia: «Pues la danza es mi otro amor además de la música. Ambas llegaron a mí desde muy pequeña y tenía muchísimas ganas de aunarlas. Tuve durante años una escuela de baile en Santiago, primero en el ensanche y después cerca de la plaza de Galicia. Recuerdo esos años de dar clases y hacer shows con mucho cariño y con un sentimiento de realización enorme; era una deuda conmigo misma.
En mis múltiples viajes a Portugal fue donde descubrí el afrohouse entre las comunidades africanas que viven allí. Fue una experiencia maravillosa. Hace muchos años que tenía ganas de inspirarme en este ritmo».
En este último disco vemos un concepto muy trabajado, una imagen más artística, llena de significado, que evoca mitos e historias de la tradición gallega. Un ejemplo de esto es “Maneo de Caión”. Cuéntanos un poco sobre los símbolos empleados en el videoclip de este tema.
Sheila Patricia: «En “Maneo de Caión”, tirando del hilo de la primera copla de la canción, quisimos hacer un homenaje a la mujer labradora en los tiempos de guerra y emigración, que se quedaba sola ante el peso de la casa, de la economía y de la familia.
La pieza audiovisual se divide en tres secciones: una primera parte que hace alusión a la pérdida del significado de la vida ante la viudedad o abandono; una segunda etapa que trata la lucha interna y la introspección de la protagonista; y una tercera que muestra la fortaleza y la liberación de esta. También son tres los elementos principales a destacar: las panderetas como herramienta de transición y presencia gallega durante toda la canción; las rosas y los claveles rojos representando el amor; y por último, uno de los elementos con más impacto visual en la obra: un collar compuesto de dos azadas y un azadón homenajeando a la fortaleza de la mujer labradora.
Este proyecto, impregnado de simbolismo, es un paradigma del mercado audiovisual actual, con una estética y con un montaje muy bien cuidados con la intención de causar pulsión escópica en las personas que visualicen la obra. Destaca el retrato pictórico, la simetría y el color rojo sobre negro».
En tus conciertos uno podía verte jugar con la música en directo, con guitarra y pedal de loop. Ahora bien, en este último disco hay un concepto visual más trabajado y además apuestas por introducir tu experiencia en la danza en los videoclips. ¿Qué podemos esperar de la puesta en escena de este nuevo disco? ¿Va a ser protagonista el baile en tus próximos espectáculos?
Sheila Patricia: «Sí, tenemos dos formatos: un solo de música, en el que podremos aun así ver una apuesta escénica potente; y otro proyecto con danza, en el que actualmente estoy trabajando.
Tengo muchas ganas de presentar esta apuesta escénica, crear con base en la música y en el movimiento y presentar mi visión del espectáculo como lugar de expresión y creatividad. Tengo muchísimas ganas de esto, pero reconozco que es un proyecto muy ambicioso».
Ya lo habíais presentado el año pasado y este mes de mayo vuelve el espectáculo Simbiose, en el que participas junto a Chucho González, Gabi Reboredo y Miriam Rodríguez. Este proyecto apuesta por la fusión de ritmos populares gallegos, world music y electrónica. ¿Qué sinergias podemos esperar entre estos artistas?
Sheila Patricia: «Seguiré trabajando con Chucho y Gabi Reboredo y habrá algunas intervenciones más que creo que sorprenderán. Habrá lugar para la improvisación, elemento que valoro muchísimo como ejercicio de creación y conexión sonora, y habrá una apuesta escénica diferente en la que los músicos llevarán a cabo papeles diferentes en el espectáculo. No puedo contaros mucho más ;)».
© Llum A. González
Cinco años (¡y una pandemia!) separan El camino de los sueños (2017) de Orixe (2022). ¿Qué similitudes y diferencias encuentras entre ellos? Ahora, echando la vista atrás, ¿cambiarías algo de aquel debut?
Sheila Patricia: «Las similitudes son que son temas escritos y escogidos desde la pura sinceridad conmigo misma, saldando la deuda pendiente de dedicarme a este mundo de la música que tuve apartado algunos años.
Son trabajos y momentos de mi vida completamente distintos. En El camino de los sueños yo vivía en Madrid. Sabía que quería grabar algo y tenía clarísimo que quería dedicarme profesionalmente y exclusivamente a la música, así que entramos un día en el estudio, les mostré los temas a los músicos colegas y al día siguiente grabamos esas canciones en una sola sesión. Sin regrabar, preproducir ni nada parecido. Un riguroso directo.
Orixe es un primer álbum mucho más pausado en la preproducción. Son temas producidos en 2019 y que tuve guardaditos mucho tiempo por la pandemia. En 2017 volví a Galicia con la clara intención de hacer música desde y para Galicia, así que emprendí ese trabajo de investigación y elaboración de los temas de Orixe. Hay algunos que dejé fuera —y que probablemente formarán parte de los directos— pues quería que fuera un disco escueto y fácil de escuchar. En esta época de la inmediatez, este primer disco quiero que sea un abrir de boca para lo que vendrá en los próximos años.
Echando la vista atrás no cambiaría nada. No soy de las que se arrepienten de los pasos dados. Trato de aprender de ellos e ir construyendo según los mismos. Tengo muchas ideas en cabeza y mucho que quiero mostrar a mi público, así que lejos de querer cambiar el pasado, lo que quiero cambiar es el futuro, con toda claridad. Quiero dejar mi visión de la música y de la música en gallego, la más personal e íntima».
En la actualidad, ¿qué artista o grupo gallego nos recomendarías? ¿Algún favorito que deberíamos conocer?
Sheila Patricia: «Es muy difícil, ya que considero que estamos en un momento muy potente en nuestra música gallega, pero creo que Caamaño & Ameixeiras, por ejemplo, son fantásticas, y están creando algo único y muy hermoso».
Si abriésemos tu cuenta personal de Spotify, ¿qué escucharíamos? 100% Sinceridad, 0% Vergüenza.
Sheila Patricia: «Uy, aquí sí que es una batidora total mi Spotify ¡pero lo voy a abrir para responderos! Este último mes escucho mucho a Amália Rodrigues, Silvana Estrada, Nicole Bunout, Mayra Andrade... cantoras que me inspiran muchísimo, y mucha salsa antigua y afrohouse. Pero si echas un vistazo general están desde Avishai Cohen, ata Sara Tavares, Mercedes Sosa, Bomba Stereo, Víctor Jara, Violeta Parra, Tigran Hamasyan, Xabier Díaz, Coetus, Milena Salamanca, La Bruja Salguero, Paté de Fuá, Alessio Arena, Daymé Arrocena, Alfredo Rodríguez, Maro, Calle Vapor, Antonio Zambujo, Pedro Aznar, Salvador Sobral...».