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VEGA SCAN: «LA INSPIRACIÓN VIENE DE LA NOSTALGIA, DEL QUERER VOLVER A LA INOCENCIA DE DESCUBRIR NUEVOS SONIDOS»

VEGA SCAN: «LA INSPIRACIÓN VIENE DE LA NOSTALGIA, DEL QUERER VOLVER A LA INOCENCIA DE DESCUBRIR NUEVOS SONIDOS»
28 NOVEMBER 2022

Su IDM se empezó a escuchar en caBle, que evolucionó por momentos en caBle & Cera Extrema y su música de baile; también tocó el pop con Nolothil, y su electrónica más techno pop pudo disfrutarse en Carrero Bianco. Es Tony Ramírez quien, tras años de experiencia, sintió necesario salir a la búsqueda de un sonido diferente. Y lo encontró en sus orígenes, en aquella época de experimentación y aprendizaje; así fue cómo nació Vega Scan, nuevo proyecto en solitario del músico gallego con el que sale de la pista de baile y se adentra en territorios sonoros más apacibles.

Orihime & Hikoboshi (Ferror Records, 2022) es su primera referencia, compuesta por cinco cortes, mayormente instrumentales, inspirados en la nostalgia «de aquellos anos noventa, de querer volver a la inocencia de descubrir nuevos sonidos, nuevas tendencias».

 

 

Detrás de Vega Scan se esconde Tony Ramírez, veterano del panorama musical ferrolano antes conocido como caBle, nombre con el que editaste varias maquetas. ¿Cuál fue la evolución musical de este proyecto hasta llegar a Vega Scan?

Vega Scan: «La idea es sencilla, en mis inicios en la electrónica todo era IDM y electrónica experimental, pero enseguida caí en la magia de la noche y, prácticamente, tras las primeras maquetas con el sobrenombre de caBle, toda la música que producía la hacía pensando en que sonaría en un antro más allá de las tres o cuatro de la madrugada. Ese era mi leitmotiv, hacer música de baile.

Pronto Curro (Nolothil, La Nev Diva, Velcro...) y yo, como grandes amantes de las fiestas y de la noche, unimos fuerzas juntando nuestros proyectos electrónicos y montamos caBle & Cera Extrema, en el que hacíamos ya algo más parecido el techno, música nocturna, para bailar. Dimos muchos conciertos en aquella época, muchos en Santiago y en la comarca de Ferrol, pero también en el resto de Galicia y en Asturias y Barcelona. No grabábamos prácticamente nada, alguna maqueta ha de quedar por ahí y básicamente eran cortes de las sesiones que hacíamos en directo.

Después de pasar por Carrero Bianco y juntarme con Serxio (Agostinho DJ) para montar TechnoChico, que bebe de las mismas ideas con las que habían nacido caBle & Cera Extrema, hacer techno con ambiciones de pista de baile, me apetecía volver a donde había comenzado todo, una época de experimentación, de probar a ver cómo se hacían las cosas y de aprendizaje, pero con mucho ya aprendido por el camino. La idea principal era salir de la pista de baile y volver la experimentación, al “a ver qué sale”».

 

 

Como curiosidad, si tiramos aún más del hilo, ¿cómo comenzó tu historia con los sintes? ¿Tocas, o tocabas, otro instrumento o fuiste siempre a por las teclas?

Vega Scan: «Mis inicios musicales fueron con la guitarra eléctrica, era cuando el grunge estaba en auge, salían los primeros discos de Nirvana, Alice In Chains... me volví un fan incondicional de Sonic Youth y de Penélope Trip. Yo quería una banda como aquellas, era un chaval con pantalones rotos y camisetas a rayas.

En mi círculo más cercano prácticamente nadie tocaba instrumentos —por allí rondaba un chico que ahora conocemos como Quant— así que estaba un poco frustrado. Pero una noche de botellón alguien trajo una sesión de DJ grabada en un casete, creo que de Oscar Mulero. Pronto descubrí a los Chemical Brothers, Daft Punk y Laurent Garnier; luego llegó a mis manos un CD de Polygon Window, el Surfing on Sine Waves (1993), y otro de Orbital, el disco marrón.

Ahora todo es electrónica, pero en aquellos mediados de los noventa a mí me estalló la cabeza y pensé que para hacer aquello no hacía falta una banda, con unos pocos aparatos bastaba para crear aquellos sonidos».

 

Entre la electrónica e IDM de caBle, destaca tu paso por Nolothil, banda de... ¡pop! ¿Qué te llevó a beber de otro estilo?

Vega Scan: «Curro y yo nos hicimos muy colegas, él tenía un proyecto en su cabeza y yo estaba montando en mi habitación (en la casa de mis padres) un PC con una copia de Cubase VST, una tarjeta de sonido y mi primer sinte de Roland. Así que nuestros caminos se cruzaron y es curioso, porque él venía del heavy y yo del indie y ya estaba experimentando con la electrónica con caBle... De esa rara mezcla salió Nolothil».

 

Tus bases y sintes también se escucharon en Carrero Bianco, otra (re)conocida banda de Ferrol que, en tu época se decantaba por una mayor influencia del techno pop. ¿Dirías que tu paso por este grupo moldeó de alguna manera tu futuro proyecto en solitario?

Vega Scan: «Carrero Bianco había perdido dos componentes y estaban buscando sustitutos, yo ya había hecho una remezcla para ellos, el “Muévelo” del disco Oferta de lanzamiento (2010), les debió gustar porque me llamaron y su idea era incluir más electrónica en la banda, y eso hice.

Cargué con mi sinte, la caja de ritmos y el portátil hacia el local de ensayo y de ahí salieron Horror! Horror! (2013) y Ejército Celeste (Ferror Records, 2016), los dos discos más electrónicos de la banda. Con Quincho aprendí un montón de cosas sobre la composición de canciones y el uso de las melodías y las métricas. Para mí es una de esas personas que tiene un don particular para crear melodías. Así que la respuesta es un claro sí; Carrero Bianco fue una fuente de inspiración a la hora de crear Orihime & Hikoboshi».

 

 

También eres parte de TechnoChico desde 2016, dúo junto a Serxio Peck aka Agostinho DJ, con el que también compartisteis filas en Carrero Bianco y con el que, principalmente das conciertos. ¿Cómo surgió esta propuesta paralela y en qué situación se encuentra actualmente?

Vega Scan: «Carrero Bianco se deshizo por la imposibilidad de dedicarle el tiempo que merecía el proyecto. Era difícil cuadrar horarios para ensayar y, aunque las ideas para la composición de las canciones o partían de una idea de Quincho o era él quien desarrollaba el germen que alguno de nosotros presentaba, luego era difícil sacar tiempo para desarrollar entre todos esas ideas.

Yo fui padre en aquella época. El trabajo y las obligaciones de la vida misma hicieron que, poco a poco, dejáramos de divertirnos; fue una pena. De esa separación surgieron dos propuestas que sí nos permitían de alguna manera “conciliar” nuestras vidas con la música. Por una parte nació Espejos y Diamantes y, por la otra, TechnoChico. Para Serxio y para mí es mucho más sencillo, nos juntamos cuando tenemos tiempo, que no es todo el que nos gustaría, y en ese tiempo producimos cientos de loops de baterías, bajos, sintes, efectos... que luego combinamos en directo.

No creamos pensando en el concepto de canción, sino en el concepto de pista de baile. Es más como una sesión en la que tenemos loops de todo tipo preparados previamente, pero que luego combinamos casi a sentimiento en los directos. Esto nos permite ensayar menos y crear de forma, por decir de algún modo, menos organizada, más naíf, y estar preparados para dar un concierto en cualquier rato».

 

Con TechnoChico remezclas un tema de Espejos y Diamantes, el otro 50% de Carrero Bianco, en abril de 2020. ¿Por qué esa «constante» de Carrero Bianco? ¿Cercanía física, afinidad musical?

Vega Scan: «Carrero nos deshicimos, pero no queríamos deshacer la banda. Fue una necesidad, casi un deber, pero seguimos en contacto.

Y sí, existen las dos, cercanía física y afinidad musical. Se podría decir que más que una remezcla casi es lo que sería esa canción si fuese de Carrero Bianco y no de Espejos y Diamantes; lo veo más de esa forma».

 

 

Dices que Vega Scan nace como respuesta a la búsqueda de un sonido diferente. ¿Cómo describirías este sonido que estás buscando y en qué se diferencia respeto a lo que hacías en tus anteriores proyectos?

Vega Scan: «Como decía antes, es más una vuelta el pasado que una huida hacia delante. Sobre todo salir del esquema mental de producir para la pista de baile. Es un sonido para escuchar tranquilamente con auriculares tirado cómodamente en el sofá en lugar de para desfasar a las tantas de la madrugada en un antro oscuro en el que se respira vicio y sudor... o como mucho para poner luego de esa noche de baile y desmadre».

 

 

 

A principios del junio pasado presentabas Orihime & Hikoboshi (Ferror Records, 2022), tu primer EP como Vega Scan. ¿Cómo surgió la idea tras él?

Vega Scan: «Llevo mucho tiempo enganchado a los discos de Burial, ese sonido me tenía atrapado y no me dejaba escapar, estuve mucho tiempo escuchando dubstep, UK garage y 2-step, esos sonidos ya no son para nada nuevos, pero seguían dentro de mi cabeza.

El proyecto inicial era hacer algo por el estilo, pero claro, cuando uno se pone a componer, a mí por lo menos me pasa, sale lo que uno lleva dentro. La idea estaba ahí, pero a la hora de materializarse surgió algo diferente, de nuevo más cercano al IDM; la estructura del dubstep a la hora de programar los ritmos está, más escondido de lo que sonaba en mi cabeza inicialmente, pero sigue formando parte estructural de cada canción».

 

Orihime y Hikoboshi son dos amantes de cuento, representados en el cielo por las estrellas Vega y Altair. ¿Por qué titular así el álbum? ¿Qué conexión tiene la leyenda con los temas del disco?

Vega Scan: «El título del disco es la evolución del nombre artístico que escogí para este proyecto. Así que, cuando tocó ponerle nombre el disco, no encontré mejor manera de hacerlo que con el nombre del famoso cuento en el que se ve implicada Vega, estrella que uso como parte del nombre del proyecto».

 

 

Además, Vega forma parte también de tu nombre, y es la estrella que se ve representada en la portada... ¿qué tiene de especial para ti esta estrella?

Vega Scan: «El nombre de Vega lleva en mi cerebro grabado desde que vi por primera vez la película de Contact (Robert Zemeckis, 1997), hace ya muchos años. Soy un gran seguidor de Carl Sagan desde su serie Cosmos (1980), y esta película está basada en uno de sus libros. En ella se habla de cómo una radioastrónoma encuentra una señal extraterrestre que procede de la estrella Vega. Habitualmente empiezo mis sesiones de DJ con un trozo del diálogo de esta película.

Fue el nombre que escogimos para ponerle nuestra hija y, finalmente, fue el nombre que escogí para mi último proyecto hasta la fecha. La frase “Vega Scan” se puede ver fugazmente en una de las escenas de esta película».

 

 

Todos los cortes son de composición propia, ¿cómo fue su proceso de creación? ¿Qué, o quién, los inspiró?

Vega Scan: «La verdad que el proceso de composición es sencillo y complicado a la vez. Sencillo porque, por lo menos yo, me siento delante del portátil y del teclado MIDI y dejo libre mi cerebro y mis manos para que dejen escapar lo que hay dentro, como comentaba antes, ya había una dirección aproximada la que me quería acercar, pero no sabía muy bien cómo. Y a la vez es complejo porque, una vez el cerebro y las manos se liberan y empiezan a surgir sonidos, melodías y ritmos, hay que decidir si nos llevan al lugar donde queremos llegar o hay que abandonarlos por el camino. Hay mucha prueba y error en este trabajo, mucho hacer para luego deshacer y volver a organizar los elementos de diferente forma.

¿La inspiración de dónde viene? Pues es una buena pregunta. Diría que de la nostalgia, de aquellos años noventa, del querer volver a la inocencia de descubrir nuevos sonidos, nuevas tendencias. Seguramente es algo generacional, pero parece que ya todo está inventado o es más difícil encontrar algo nuevo o inspirador».

 

Orihime & Hikoboshi fue grabado, mezclado y producido por ti, pero el mastering corrió a cargo de Eloy Platas, bien conocido por su electrónica experimental. ¿Cómo fue trabajar con él?

Vega Scan: «Muy sencillo, la verdad. Ya conocía su trabajo en Lume y es un sonido que se aproxima mucho a lo que yo buscaba; no estilísticamente, pero sí en términos de sonido. Fue mandarle el proyecto y enseguida entendió el concepto del disco. No hubo que hacer ninguna revisión y salió todo como esperaba en el primer intento, cuando lo normal es hacer algún tipo de revisión por pequeña que sea; en este caso no hizo falta».

 

 

De las cinco pistas que lo componen, una tiene letra (“Contando pasos”) y en otra (“Onomatopeia”) escuchamos una especie de murmullo (¿“you don’t have to pay”?) en bucle. Para ti, ¿de qué depende que incluyas letra o no en una canción?

Vega Scan: «Lo cierto es que me gustaría que todo el disco tuviera letra, pero yo no canto bien; peor, canto fatal, así que canté el tema de “Contando pasos”, pero ahí finalizó mi experiencia como cantante. Esas voces tienen toneladas de procesamiento para que parezca que lo hago bien y, sinceramente, es un trabajo agotador.

Así que, aunque lo lógico sería contactar con alguien que cantase el resto de los temas, quería que este proyecto fuera muy íntimo, que fuera cien por cien yo, por lo que opté por usar samples de voz y retorcerlos y moldearlos a mi gusto hasta que encajasen; copiando, de algún modo, la técnica que usa Burial en el procesamiento vocal en sus discos. Esa, por lo menos, era la idea inicial».

 

El videoclip de “Contando pasos” es una sucesión de secuencias cortas que reflejan amor, amistad... algunas de ellos de estética retro. ¿Qué representa?

Vega Scan: «La nostalgia de la que hablaba antes, la inocencia, el primer amor, el primer desengaño. La letra misma de esa canción empieza diciendo: “no tengo reparo en decirte que paso” y termina diciendo lo contrario: “thinking about pasar contigo la noche. Pasear a tu lado lo que queda de noche”. Esa locura adolescente de no saber si vas o vienes, de estar en desacuerdo con todo, de la rebeldía».

 

 

Al hilo, con una letra mayormente en gallego, incluyes un par de frases en inglés y castellano. ¿Por qué?

Vega Scan: «Por efectos estilísticos seguramente. La frase en inglés es una frase del tema de los Beastie Boys, “Sabotage”. No sé por qué; es de esas cosas que se quedan en el inconsciente. Es una canción que escucho mucho y me gusta chillar ese verso “so listen up ‘cause you can’t say nothin’”. Así que cuando llegó la hora de escribir la letra encajó de manera natural. Las dos palabras que añado luego en castellano no sabría decirte... me sonó bien y así quedó».

 

Tu debut viene apoyado por Ferror Records (de nuevo, Carrero Bianco...), familia discográfica en constante aumento, que nace con el objetivo de dar salida a las propuestas musicales y culturales desde la militancia y la autogestión. Suponemos que hasta ellos llegaste por Serxio Peck, pero ¿cómo está siendo la experiencia?

Vega Scan: «Serxio y Fernando son quienes me empujaron a sacar este proyecto adelante. Cuando les enseñé las primeras demos, que aún no eran ni canciones, les gustaron las propuestas, les pareció algo diferente a lo que ya tenían en su catálogo y recibí apoyo incondicional.

En Serxio me apoyé mucho a nivel artístico, fue quien me ayudó a encontrar los caminos a seguir cuando la composición no iba por donde yo quería y no sabía cómo reconducirla. Los dos son grandes personas que apoyan la escena local como, creo, que nadie hizo en esta ciudad en mucho tiempo, y en toda Galicia en los últimos tiempos».

 

En tu opinión, ¿cómo ves la escena musical ferrolana en general y la de la electrónica en particular?

Vega Scan: «Hay bandas, gente haciendo cosas interesantes. No hay mucha electrónica, por lo menos que yo conozca; hablo de gente que produzca su propia música, en el mundo de los DJ creo que hay más movimiento. Lo que sí me parece es que hay una gran falta de apoyo por parte de las instituciones, faltan sitios donde dar conciertos, ya sabemos que los conciertos molestan a los vecinos, pero habría que encontrar alguna solución intermedia. No podemos tener un abandono cultural tan grande en esta ciudad».

 

 

¿Podrías describirnos como es tu live set, todos esos aparatos que te acompañan en el escenario? ¿Eres más de hardware o de software en un portátil? ¿Más analógico, más digital...?

Vega Scan: «Cuando empecé, hace ya un montón de años como caBle, mi idea era rodearme de hardware, sintes, cajas de ritmos, grooveboxes... y así empecé; conseguí una buena colección de este tipo de instrumentos. Es cierto que era una época en la que la informática enfocada la música estaba empezando a desarrollarse, no era, ni de lejos, lo que es ahora.

Me encanta el hardware e intento seguir al día los lanzamientos de nuevos productos, adoro las cajas de ritmos en particular, son mi debilidad. Pero hubo un momento en el que mi cerebro sufrió algún tipo de cortocircuito y decidí vender todo mi hardware y comprar un MacBook Pro de la época, con una tarjeta de sonido e instalarle una copia de Ableton Live y una controladora MIDI. En ese momento me pareció estupendo que, en lugar de tener una habitación de la casa invadida por cables y cacharros, podía sustituir todo eso por un portátil, una tarjeta de sonido y una controladora MIDI, que podía guardar en un cajón cuando no usaba. Tengo que reconocer que, con el paso de los años, me arrepiento de aquella decisión, pero es un paso con difícil marcha atrás.

La comodidad a la hora de trabajar con el software a un lado del hardware está a años luz hoy en día. Es cierto que hay quien dice que el sonido no es el mismo, que el hardware suena mucho mejor; yo con la experiencia discrepo un poco con esta idea, no voy a decir que el software suene mejor, pero dudo que alguien que escucha un disco sea capaz de diferenciar con qué tipo de instrumentos está hecho. Es cierto también que es mucho más divertido y directo tocar un aparato real que pelear con el trackpad del portátil, pero para eso están las controladoras MIDI, que no es lo mismo, pero se asemeja bastante.

Así que, en este momento soy más de software y controladoras MIDI. Aunque esto no es una guerra y, en el fondo de mi corazón, sueño con una habitación repleta de aparatos y cables que cuelgan por todas partes».

 

 

¿Podremos disfrutar de Vega Scan en directo en un futuro próximo? ¿Cómo serán los conciertos?

Vega Scan: «La idea inicial era preparar un set para tocar en directo, pero para esto necesito crear más contenido y tener un set de, por lo menos, cuarenta y cinco minutos o una hora.

Lo suyo sería haber hecho algún concierto a estas alturas, pero por lo de ahora, y por falta de tiempo, aun no tengo muy claro cómo presentarlo, supongo que será acompañado de mi portátil y las controladoras MIDI, pero no sé muy bien cómo, para ser honesto».

 

En la actualidad, ¿qué artista o grupo gallego nos recomendarías? ¿Algún favorito que deberíamos conocer?

Vega Scan: «Pues un grupo de Ferrol que descubrí este lo verán en una de las fiestas de Atardeceres que organizaron desde Ferror Records. Se llaman Robot Humano y son una banda de post-hardcore, como se definen ellos, que meten una tralla bien guapa».

 

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Vega Scan: «Pues ahora mismo mucho hip-hop, la mayoría en castellano y de la vieja escuela, Violadores del Verso, Kase.O, El Club de los Poetas Violentos. Un disco que tiene algunos años, y no sé muy bien si definiría como hip-hop, es Claraboya del Universo (2019) de Émbolo. También algunos raperos americanos como Kendrick Lamar, Kanye West, Beastie Boys.

En otra onda, cosas como Gorillaz, Portishead, los tres primeros de Massive Attack. Últimamente retomé también el disco Psychic (Other People, 2013) de Darkside. Otro artista al que estoy muy enganchado es D’Angelo y su disco Voodoo (Virgin, 2000).

Por lo general, soy bastante ecléctico en mis gustos musicales y esto que te digo ahora pueden ser cosas totalmente distintas en unos meses».

 

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