• GALEGO
  • ESPAÑOL
  • ENGLISH
     
  noticias  

SANDFORD MUSIC FACTORY: «ARTÍSTICAMENTE, HACER LO QUE QUIERAS SIN TENER EN CUENTA LO ANTERIOR ES SUMAMENTE SATISFACTORIO»

SANDFORD MUSIC FACTORY: «ARTÍSTICAMENTE, HACER LO QUE QUIERAS SIN TENER EN CUENTA LO ANTERIOR ES SUMAMENTE SATISFACTORIO»
11 SEPTEMBER 2023

Hace casi dos décadas desde que Fernán Varela (voz, guitarra), Miguel Anxo (batería), Xurxo G. Grandal (guitarra), David Lourido (bajo) se juntaron en aquel taller mecánico —que más tarde serviría como inspiración para su nombre— de San Sadurniño (Ferrol) para «improvisar unos temas». Cerca de veinte años que podrían enfrascarse en el más de un centenar de conciertos en España y Portugal, una discografía compuesta (de momento) por una demo, un acústico en directo y cuatro discos de estudio; de aquellas improvisaciones, estos logros, que dirían algunos. Sandford Music Factory bebe del rock clásico y del grunge, de bandas como Led Zeppelin, Pearl Jam o Alice in Chains; influencias que salpican unha sonoridade propia definida por guitarras setenteras pasadas por un filtro del Seattle de los 90.

Están presentando Altospeaker (Radix Records, 2023), un viaje vibrante por tres años de pandemia y futuros inciertos, melodías envolventes, grooves poderosos y riffs mastodónticos.

 

Foto © Juanpa Ameneiros

 

Ya va para casi veinte años que Sandford Music Factory lleva compartiendo un rock reconocido por la crítica y por el público. ¿Cómo surgió la banda?

Miguel Anxo: «Pues la iniciamos improvisando unos temas en el local; Xurxo ya conocía a Fernán y yo ya conocía a Xurxo de un proyecto anterior y de coincidir con otras bandas que habíamos tenido. Así que no recuerdo quién llamó a quién inicialmente para aquella quedada, pero así fue».

Xurxo G Grandal: «Llevaba tiempo tocando con Miguel, y conocí a Fernán estudiando en A Coruña en la Escola de Imaxe e Son; cuando lo escuché cantar pasó poco tiempo desde que se lo dije a Miguel hasta que quedamos en el local para empezar a planear algo juntos».

 

Descubrimos que en vuestros inicios os hacíais llamar Sweet Oblivion Band, nombre que tuvisteis que cambiar por derechos de autor. ¿De dónde viene el actual?

Miguel: «El nombre inicialmente vino del padre de Xurxo, que nos había dicho: como ensayáis en un taller mecánico (de aquella una franquicia de la Ford) de San Sadurniño, os tendríais que llamar Sanford Music Factory. Pero como ya teníamos, y ya habíamos sacado la demo con el nombre de Sweet Oblivion, dejamos ese como el nombre de nuestra discográfica propia.

Luego con el tema del copyright nos vino genial y le añadimos una “d” en medio para hacerlo los más enrevesado posible para que no hubiese otra coincidencia como con el anterior».

Fernán Varela: «Fue algo que ya teníamos en mente como nombre para una discográfica ficticia, dado que al principio no teníamos discográfica. Después, cuando nos pisaron el nombre original (Sweet Oblivion a secas) le dimos unas vueltas y como siempre, ante la falta de acuerdo —nunca montéis un grupo con un número par de miembros [risas]— nos decidimos por este.

“Music Factory” es obvio; somos obreros fabricando canciones, y “San” viene de San Sadurniño, que es donde ensayamos, y “Ford” viene de que nuestro local está en un taller que antes era de la Ford».

 

Fernán Varela.Foto © Juanpa Ameneiros

 

Aunque al escucharos nos vienen varios nombres (Pearl Jam, Led Zeppelin, Alice in Chains) a la cabeza, ¿a quién señalaríais vosotros como vuestras principales influencias?

Miguel: «Podríamos quedar de megaguays y decir bandas que no conocen ni en su casa, pero no, las principales son muy típicas: The Beatles, Alice In Chains, Black Sabbath, Led Zeppelin, Soundgarden... Luego, cada uno escucha cosas muy distintas y aporta esas influencias a los temas, desde Los Estanques hasta Mastodon».

David Lourido: «En general señalaría a Led Zeppelin y The Doors como mis bandas de cabecera de toda la vida y, en cuanto a grunge, no soy nada original: Pearl Jam, Alice in Chains y Soundgarden».

Fernán: «La verdad es que cada uno tiene las suyas, pero creo que la vertiente de los noventa es la que más en común tenemos. Algunas influencias van y vienen (o más bien van para no volver) y por eso va evolucionando también el sonido y nuestras composiciones, pero si me pides nombres en concreto no sabría decirte. Consumimos música, así que incluso la música chorra de un anuncio de la tele puede ser una influencia; nunca sabes lo que queda en el fondo de tu cerebro.

Personalmente mi mayor influencia de siempre fueron The Beatles y, a mucha distancia, todo el resto».

Xurxo: «La música alternativa de los noventa fue lo que más me marcó; esos grupos con grandes vocalistas Chris Cornell, Layne Staley, Eddie Vedder, Scott Weiland. Luego hay muchas bandas de los setenta que también son referentes para mí a día de hoy: King Crimson, Led Zeppelin, Black Sabbath y The Beatles, que fue Fernán quien me metió en el maravilloso mundo de sus composiciones. Pero el abanico de gustos y estilo es infinito, escucho de todo y muy variado».

 

El rock es un género bastante amplio, el grunge no tanto (pero le llega bien)... ¿Dónde caería el sonido de Sandford Music Factory?

Miguel: «Pues, para situar a la gente que no nos escuchó nunca, sonamos a los noventa. Hay muchísimo más en nosotros, pero sería muy complicado de explicar, ya que tampoco sé una canción que nos represente al cien por cien. Por ejemplo, si alguien solo escucha “Fade Blue Away” puede considerarnos una banda con un sonido muy popero; y si cae en “Blind Spot”, en una banda muy influenciada por la oscuridad de Sabbath y Alice In Chains. Así que, generalizando, lo dejaría en eso, sonido de los noventa».

Fernán: «Pues, donde le cuadre [risas]... Siempre fuimos bastante eclécticos en cuanto a composiciones y visión del enfoque sonoro. Las canciones siempre estuvieron por encima de cualquier cosa; después, a la hora de enfrentarse con el sonido en el estudio, siempre vamos ajustando sobre la marcha. En el caso del Altospeaker fue instantáneo, porque teníamos nuestra arma secreta, Xurxo, a los mandos».

David: «Veo a SMF como un matrimonio entre todas las bandas del grunge de los noventa, que en cada tema se pueden ver influencias distintas, pero con las raíces bien enterradas en el hard rock de los setenta».

Xurxo: «Tuvimos la suerte de crecer en la época de los noventa, llena de grupos muy variados etiquetados como grunge, y básicamente creo que es lo que más se refleja en nuestra música».

 

 

 

En 2005 lanzáis una demo (S.O), pero no es hasta tres años más tarde cuando publicáis Melted to Oblivion, vuestra primera referencia. ¿Cómo recordáis este primero salto discográfico?

Miguel: «Pues nunca habíamos grabado en un estudio, así que fue una aventura para nosotros; un poco loca vista desde la perspectiva del tiempo, ya que no habíamos hecho ninguna preproducción ni nada. Teníamos los temas en cabeza, ensayados, y allá fuimos... Tuvimos suerte y salió todo bien».

Xurxo: «Fuimos para A Coruña a los Estudios Bonham sin saber muy bien a lo que íbamos; recuerdo que tocamos juntos en directo durante la grabación... Muchos paseos en fin de semana, con sus salidas nocturnas correspondientes y alguna que otra resaca. De aquella ensayábamos mucho y funcionó bastante bien».

Fernán: «Yo más bien poco... Estaba en una etapa convulsa de mi vida; mi etapa universitaria dando los últimos coletazos, trabajando al mismo tiempo, así que cuando tenía tiempo libre básicamente iba del estudio al bar y viceversa [risas].

Recuerdo especialmente de la grabación de “Thin Ice”, que ya sonaba bien incluso sin la parte eléctrica; y de andar dándole vueltas a “Mr. Wrong”, un tema que había hecho en 1999 más o menos y decidimos grabar para el Melted; la magia de los coros en “Never”... También de grabar de reenganche “Insomniac”, pero poco más la verdad».

 

 

 

 

A estas primeras melodías cargadas de emoción y riffs armónicos, le siguieron las que los oyentes pudieron escuchar en Awen (2011), un segundo largo que alcanzó su máxima expresión durante su gira de presentación. ¿Por qué pensáis que tuvo tan buena acogida en directo?

Miguel: «Supongo que fue porque las canciones del Awen llenaron los huecos que nos faltaban en la época del Melted, que eran temas más de desarrollo y no tan directos como en el Awen. Así que fue una mezcla muy buena para dar un directo más completo y compacto. Se amoldaron bien los dos discos y, después, el Awen se había vendido genial y la gente iba los conciertos. Hicimos cosas que no sabíamos con el Melted, como una promoción buena en los medios, por ejemplo, y eso se notó mucho. Nos movimos desde Barcelona a Guimarães, muchos conciertos; fue una época muy chula para nosotros.

Con ese disco hicimos dos bolos el mismo día en Madrid, uno en acústico en la Fnac de Callao y otro en la Wurlitzer en eléctrico. Estábamos muy ensayados y nos daba lo mismo hacer un acústico sin preparar. Salía solo. Y la respuesta de la gente estaba muy bien. También hay que decir que en esos años la gente acudía mucho más a las salas que ahora, o eso me parece».

Xurxo: «Apostamos por invertir en promocionar el disco; éramos más jóvenes y teníamos más disponibilidad para dedicarle al grupo, y nos movimos más que nunca tocando en directo».

Fernán: «Pues creo que fue cuando nos empezamos a tomar un poco en serio el tema de la promoción del disco. También fue el primero que sacamos con una distribuidora, así que tuvo mucha más distribución que el Melted y, por supuesto, que la maqueta.

También giramos todo lo posible. Recuerdo estar trabajando en París y tener que viajar a Madrid para presentar el disco; una aventura digna de Spinal Tap [risas]. También creo que influyó el hecho de que nadie, o casi nadie, estaba haciendo algo parecido a lo nuestro, así que supongo que ahí estaban las claves».

 

 

Los tres últimos cortes, “The Keys of Horizon Part I”, “The Keys of Horizon Part II” y “The Keys of Horizon Part III” conforman una suite en la que envolvéis un tema largo entre dos instrumentales. Lo de hacer temas instrumentales no tuvo mucha continuidad. ¿Hay alguna razón especial?

Miguel: «Nunca lo perseguimos, eso fue casualidad. Las tres partes de Keys (menos la intro de los pajaritos, obviamente) surgieron de una improvisación en el local de ensayo y así quedó. Luego Fernán le puso letra a la melodía y así la grabamos, sin retocar ninguna parte de aquella primera toma de improvisación que habíamos grabado en el local. Tiene partes instrumentales porque a Fernán en ese momento no se le vino nada a la cabeza y no cantó [risas]. Nos gustó tanto que, como digo, así quedó.

No descartamos un tema instrumental en un futuro, no descartamos nada nunca».

Xurxo: «Le tengo especial cariño a este tema, es uno de los que más disfruto tocando en directo. Fue fruto de una improvisación en el local y así la llevamos al disco; tuvimos la suerte de que se grabó el ensayo ese día, porque esos momentos mágicos que salen en el local pueden quedar en el olvido rápidamente si no queda registro sonoro de ellos.

En cuanto a hacer temas instrumentales en un futuro no queda descartado, pero tenemos el privilegio de tener una voz increíble en el grupo y hay que exprimirla todo lo que se pueda [risas]».

Fernán: «En la época del Awen el método compositivo aún se basaba únicamente en las largas jornadas de improvisación en el local, con lo que este tipo de cosas instrumentales eran parte del que después se convertía en temas».

 

 

 

 

El siguiente álbum, Natural Behavior (2015), mantenía la sonoridad del Seattle de los 90 pero, aun así, escuchamos temas algo más variados en cuanto a sonido. De hecho, ¿cómo fue eso de arrancar “Old Man” a ritmo de pandeirada!?

Miguel: «Pues fue porque el ritmo del tema era muy muñeira... o nos sonaba a eso. Lo probamos y funcionó genial. Como dije en la anterior pregunta, nunca descartamos nada; si funciona en la canción, adelante. Y, además, ¡alguna vez teníamos que enseñar de dónde somos!».

Xurxo: «Tengo unas amigas que son pandereteras y decidimos probar; se vinieron hasta donde estábamos grabando y en un par de vueltas estaban las panderetas tirando de la canción. Aunque nuestra música es claramente de influencia anglosajona, fue una manera de darle presencia a nuestra raíz gallega».

Fernán: «[Risas]. Normalmente no nos tomamos muy en serio nuestros temas; a mí la verdad ese riff me hacía bailar a ritmo de muñeira en los ensayos, así que ¿por qué no añadir unas panderetas?».

 

 

 

 

Vuestro anterior trabajo, Jofre (2018), fue grabado en directo en el mítico Teatro Jofre de Ferrol; un total de 14 canciones que resumían, y homenajeaban, 14 años de carrera. ¿Cómo fue la selección de entre la treintena de canciones que teníais hasta la fecha? ¿Y por qué la grabación en acústico?

Miguel: «El formato acústico fue porque el Jofre es ideal para ese formato. La selección de temas fue complicada; nos decantamos por los que se ajustaban mejor a ese concepto acústico. Fue una lástima no poder añadir “Thin Ice” o algún tema más con otros instrumentos a mayores, pero al final se nos vino el tiempo encima y nos quedamos con nuestro formato estándar de guitarra, bajo y batería y moldeamos los temas que mejor se dejaban hacer».

David: «La selección fue basada en lo que pensábamos que se podía adaptar mejor al acústico e intentando mostrar algo de cada uno de los trabajos anteriores. El formato “desenchufado” nos parecía el perfecto para un espacio como el Jofre, que invita a crear un ambiente más íntimo».

Xurxo: «Fue una gozada tocar en el Jofre, de los días que más nervioso me subí a un escenario. No teníamos intención de publicar nada en formato físico, pero se nos ocurrió grabar el concierto y, al final, nos gustó el resultado; pensamos que era una buena manera de hacer un pequeño recopilatorio de nuestra andadura musical».

Fernán: «No creo que pueda hablar por todo el grupo, pero siempre flipé con los acústicos; véase el de Alice In Chains en la MTV, por ejemplo. También, a la hora de componer lo primero que pillo siempre es la acústica. Nos invitaron nuestros amigos de Window Pane a tocar en el Jofre (jugamos en casa y el teatro se llenó) y la gente iba a estar ahí sentada, así que pensamos que cuadraba mucho mejor darle una vuelta a los temas y ver los que podíamos llevar al terreno acústico; creo que el resultado fue muy bueno.

Ahora, echando la vista atrás y viendo lo que nos salió para Altospeaker parece como si estuviésemos pasando una hoja de nuestro libro».

 

 

 

 

Estáis presentando Altospeaker (Radix Records, 2023), un nuevo (y esperado) trabajo discográfico. ¿Cómo se fue desarrollando la idea de este disco?

Xurxo: «Como a tantos otros grupos los cogió la pandemia en medio de la creación; había temas que estaban listos antes de encerrarnos en casa y otras ideas fueron surgiendo durante la pandemia. Fue cuando empezaron a “abrir las puertas” que empezamos a grabar cositas y seguir probando con riffs y melodías nuevas que iban surgiendo».

David: «Fue saliendo muy lentamente y de manera natural, sin forzar nada. No había una idea preconcebida del disco que queríamos hacer, sino que según íbamos sacando temas, veíamos que podían tener una coherencia entre sí».

Miguel: «Antes de la pandemia ya teníamos algunos temas. Se descartaron los que sonaban menos oscuros y nos centramos en el material que salía con una vertiente más dura. No fue nada premeditado, parecía que necesitábamos mostrar la rabia que no habíamos mostrado antes. Cuando fueron pillando forma los ocho temas, ya lo vimos claro. Este era el camino que siempre habíamos querido, sonar y componer así.

Supongo que la pandemia tuvo mucho que ver; influyó en todo el mundo y nosotros no nos quedamos fuera de eso lógicamente. Hay gente que salió sonriendo y queriendo disfrutar de todo de nuevo—no es que nosotros no quisiésemos eso, pero salimos un poco cagándonos en todo; en plan, ¿quién carajo nos devuelve este tiempo? Nos metimos en la noche y allí, compositivamente hablando, estamos muy cómodos. También nos desenvolvemos muy bien en la noche en el tiempo de ocio, pero eso ya es otro tema y otra entrevista».

Fernán: «Pues como dije antes, lo importante siempre son los temas. Nunca partimos de un concepto previo; vamos dándole forma a temas, algunos van hacia delante y muchos más van a la papelera. En este disco y en el anterior cambiamos un poco la forma de trabajar juntos; hay menos tiempo para estar en el local y solemos combinar ensayos con trabajo en casa intercambiando sesiones de Pro Tools. Hacemos las cosas de una manera más asíncrona y pienso que eso derivó en el reenfoque del sonido y del estilo. Muchas veces es más fácil escucharse a uno mismo en casa que en el local con el volumen al 11».

 

Xurxo G. Grandal. Foto © Juanpa Ameneiros

 

Altospeaker refleja tres años de pandemia y futuros inciertos, ¿diríais que fueron vuestra principal fuente de inspiración?

Xurxo: «No especialmente, había cosas que ya venían de antes. Creo que desde hacía tiempo ya tendíamos a improvisar y a probar cosas un poco más cañeras que lo que veníamos haciendo. Igual lo de la pandemia ayudó a sentirse cómodos en ese terreno más rabioso [risas]. No sé, cada uno vivió este acontecimiento histórico a su manera».

Miguel: «Personalmente no salí nada bien de la pandemia y eso lo reflejé en la manera de tocar y ver los temas. Los demás no sé, pero yo por lo menos apliqué toda la mala hostia que tenía y los problemas personales sobre la batería, y sobre las ideas que debatíamos entre todos por donde llevar cada canción».

David: «La mayoría de los temas ya estaban perfilados antes de la pandemia, la COVID-19 lo que hizo fue retrasar todo el proceso».

Fernán: «No, la verdad es que Altospeaker tenía que haber salido durante la pandemia. Todo eso nos retrasó mucho, pero bueno, nos dio la oportunidad de meter algún tema más y descartar algún otro y así conseguir un disco más redondo.

En cuanto al futuro incierto, en bandas como la nuestra siempre es igual de incierto, así que la COVID no nos afectó. Si podemos tocar más y en mejores sitios, bien, si no, no pasa nada; seguiremos haciendo música se nos apetece».

 

 

En los discos anteriores había cierto espacio para temas más acústicos, pero en este el sonido se endurece, torna más oscuro y contundente, ¿fue este giro en vuestra sonoridad fruto de esa incertidumbre en la que fue concebido el disco?

Xurxo: «Fue surgiendo poco a poco; creo que todos estábamos buscando algo más cañero y así salió. Y, además, parece que nos sentimos muy cómodos con este tipo de temas».

Miguel: «Fue lo que comenté en las anteriores preguntas... También se juntó que llevábamos tiempo con muchas ganas de una producción así y los temas que salían señalaban ese camino, así que todo se tornó muy oscuro y contundente».

Fue una descarga de adrenalina muy necesaria. No había sitio para temas acústicos, por muy oscuros que sonasen; necesitábamos distorsión y crashear rides».

David: «¡Puede ser que sea porque cada vez vamos más viejos y somos más cascarrabias...! [Risas].

Fernán: «No hay temas acústicos porque no estábamos en esa onda en este disco, no quiere decir que no vayan a volver. Si había temas menos cañeros o acústicos fueron cayendo la medida que lo que iba saliendo superaba en calidad a estos».

 

David Lourido. Foto © Juanpa Ameneiros

 

Los temas los firmáis los cuatro, ¿cómo los construís? ¿Cómo es vuestro proceso creativo?

Xurxo: «Jugamos todos a la hora de hacer las canciones, siempre fue así; o salen de improvisaciones o de ideas que trae uno y son complementadas por los demás. De las letras siempre suele encargarse Fernán».

David: «Es muy participativo y no hay una sola manera de construir. Unas veces sale un riff en el ensayo y se parte de ahí, y otras alguien trae una idea básica de casa que se amplía y se finaliza en el local entre todos».

Miguel: «Cambió mucho nuestra manera de componer. Al principio era todo a base de improvisar en el local, horas y horas, y así surgían e íbamos montando los temas. Pero desde Natural Behavior tiramos mucho de la tecnología que ahora todo el mundo puede manejar. Antes tenías una idea en casa, pero si no te acordabas de ella en el ensayo, se moría; ahora, miras el WhatsApp y tienes un riff preparado para aplicarle una batería...

También improvisamos algunas de Altospeaker en el local pero, por ejemplo, “Into the Sound” fue un tema que montaron Xurxo y Fernán a base de intercambiarse pistas de Pro Tools; sin embargo, “Y.O.U.” es improvisado en el local. Hubo un poco de todo, pero ya no sale todo de ensayar horas en el local».

Fernán: «En los primeros discos todo giraba en torno a infinitas e interminables sesiones de ensayo, en las que íbamos grabando en casete lo que pensábamos que era bueno para después intentar estructurarlo. Con Natural y Altospeaker ya tuvimos que girar hacia un enfoque un poco más asíncrono ante la imposibilidad de coincidir en el local tanto como nos gustaría. Así que en el local dedicamos más tiempo a preparar los directos, pero la parte compositiva es 50% en el local y 50% en casa».

 

 

“Blind Spot” fue el tema escogido como primer sencillo adelanto, ¿qué tiene esta canción para que resultara la «elegida»?

David: «Nos pareció un tema muy potente y que rompía bastante con lo anterior, por lo que era una buena muestra del sonido de Altospeaker».

Miguel: «Resume bien la sonoridad del disco y, por otro lado, (esto no suena muy guay para una entrevista) el decidir hacer nosotros también el videoclip y que todo estuviera en nuestras manos. Que fuese el tema más corto ayudó a ser escogida como primer single [risas]; ¡no podíamos decantarnos por ninguna, nos gustan todas por igual!».

Xurxo: «Siempre nos cuesta mucho coincidir los cuatro, así que fuimos descartando hasta que nos quedamos con el tema que más rompía con el que veníamos haciendo hasta ahora».

Fernán: «Precisamente eso, era sencillo, y tampoco tenía nada que ver con los anteriores singles o temas de otros discos».

 

Miguel Anxo. Foto © Juanpa Ameneiros

 

“Altospeaker” es el tema que cierra y da título al álbum, un tema abiertamente experimental, ruidista que, de algún modo, conecta con el último tema del primer disco, “Sound XX”. Aunque muy coherente con él, es un tema muy diferente al resto del disco, ¿cómo surgió y lo desarrollasteis?

Miguel: «Es un resumen de lo que pasó en la pandemia y en la salida de la pandemia... Podíamos titularla “Directed by David Lynch” pero “Altospeaker” era mucho más coherente con el disco [risas]. Es una locura de tema porque así fue lo que pasó en estos años. Mezclamos todo, incluso audios nuestros que surgieron en aquella época, empezamos a rayarnos en el buen sentido con el título del disco, y los altavoces, los ruidos, etc...

Hay una cosa muy guay con ese tema porque la mayoría de la gente no sabe cómo enfocar esa paranoia ruidista. La gente que la escucha nos pregunta por ella un poco sin saber muy bien cómo clasificarla, si de rayada o de cachondeo o de qué, pero yo la escucho y me tiene todo el sentido del mundo; me parece todo muy coherente con lo que nos pasó en esa etapa».

Xurxo: «Lo que se escucha ahí son audios en los que se prueban altavoces mezclados con riffs, audios de WhatsApp que nos pasamos durante toda la pandemia. Cuando mezclé todo pensaba que podía ser el ruido interno que a veces tenemos en nuestras cabezas cuando estamos a punto de explotar, pero todo vuelve siempre a la calma».

 

 

Los temas finales de vuestros discos siempre esconden sorpresas: “Sound XX” (Melted to Oblivion, 2008), “The Keys of Horizon” (Awen, 2011), “Altospeaker” (Altospeaker, 2023), de los que ya hablamos, y “Goodbye” (Natural Behavior, 2015), un tema sin guitarras (!), con piano y voz. No creemos que sea casual... ¿Qué tiene ese rincón final de un disco para emplearlo de esa forma? ¿Es una especie de campo de pruebas?

David: «Una reminiscencia de aquellos discos que escuchábamos en los noventa, donde dejabas el play después del último corte y aparecía aquel tema escondido, que podía ser una versión, un experimento...».

Miguel: «Cada disco lo vemos como un viaje y así lo queremos representar, y no me refiero al modo de representarlo como un disco conceptual. Aunque no tengan conexión, procuramos que las letras lleven al oyente por una travesía donde esté lo más atento posible. Mientras vamos dándole forma el disco no pensamos en eso, hacemos las canciones y luego las vamos conectado y dando orden. Al final, si no tenemos una que le dé un cierre a ese viaje, hacemos algo apropiado para que así sea...».

Xurxo: «Si llegas a la última canción de un disco, cosa difícil en los tiempos que corren, por lo menos dejar una marca que te haga pensar “y esto, ¿por qué?”».

Fernán: «Pues creo que el final de los discos siempre es un espacio de libertad creativa; solo a los que les gustaron los anteriores temas llegarán ahí (si no lo escuchan en modo aleatorio [risas]). Pero es como que ya descargaste la responsabilidad en los primeros temas del disco, y al final tienes un espacio para poner lo que quieras sin modificar la percepción del resto del disco».

 

Altospeaker lo definíais como «el disco que siempre quisimos grabar». ¿Por qué?

David: «Porque conseguimos el sonido que deseábamos todos, lo cual fue gracias a que lo cocinamos todo en casa con el trabajo inconmensurable de Xurxo, que sabe bien cómo quiere sonar cada uno de nosotros y cómo queremos que suene la banda en conjunto».

Miguel: «Por la producción. No conseguimos conectar al cien por cien con la gente con la que grabamos. Siempre terminan dándole su sello final por mucho que estés encima de la producción; a mayores de que íbamos con el tiempo muy justo y te dejas hacer porque no hay tiempo para más. Con Altospeaker fue todo lo contrario; no se terminó hasta que todos quedamos con una sonrisa en la cara.

No es que no estemos contentos con los anteriores discos, no quiero decir eso, solo que son distintos y llevan otro camino en la producción. Y teníamos muchas ganas de hacer algo totalmente con nuestro sello».

Xurxo: «Siempre me había hecho cargo de la preproducción de los anteriores discos, y muchas veces quedábamos con la sensación de que nos gustaba más esa preproducción que el resultado final de las grabaciones. Esta vez me animé a ir un poco más allá y encargarme de todo el proceso; fue un camino largo, lento y de mucho aprendizaje, pero jugaba con la ventaja de llevar años escuchando las quejas de todo lo que nos les gustaba y de saber más o menos cómo queríamos sonar... Así conseguimos quedar todos contentos con el resultado final».

Fernán: «Supongo que, poco a poco, nos vamos conociendo más como músicos y comprendemos mejor nuestras fortalezas y nuestras debilidades».

 

Foto © Juanpa Ameneiros

 

Awen (2011) y Natural Behavior (2015) contaron con la masterización de Alan Douches, de West West Side Music (Nueva York), reconocido ingeniero de sonido con un extenso catálogo de trabajos, en la mayoría de grupos metal. En Altospeaker tomasteis vosotros directamente las riendas, ya que fue grabado y producido por Xurxo. Después de tantos años, ¿por qué esta decisión? ¿Cómo recordáis el proceso, sobre todo en comparación a lo que estabais acostumbrados con anterioridad? ¿Repetiréis experiencia?

David: «Va relacionado con la pregunta anterior; decidimos hacerlo en casa para tener control sobre todo el proceso, poder hacerlo con calma y sin los agobios del tiempo en el estudio de grabación y, de paso, ahorramos unos euritos... Al final, de este modo fue todo con tranquilidad y sin presión, que también influye en el resultado final».

Miguel: «Porque Xurxo supo leer lo que teníamos todos en cabeza desde siempre. Llevamos casi 20 años juntos, sabemos cómo queremos sonar cada uno de nosotros, y ahora tenemos la posibilidad de grabar en el local; eso pone las cosas muy fáciles para que todos estemos muy a gusto con el resultado final. ¡Luego hay que saber hacerlo! Manejar esos cacharros para darnos el gusto de lo que tenemos en cabeza... Xurxo supo hacerlo a la perfección.

Grabar con gente de fuera del grupo es muy complicado. Por mucho que le expliques nunca terminas de entenderte al cien por cien. Nosotros con Xurxo ya no tuvimos que decirle nada; él ya sabe cómo queremos que suenen nuestros instrumentos, y también de qué pie cojeamos».

Xurxo: «Viendo que pudimos conseguir un buen resultado grabando en el local de ensayo y en casa, sin las presiones de tiempo de cuando alquilas horas en un estudio, y si la vida nos lo permite, repetiremos esta fórmula sin dudarlo. De hecho, acabamos de grabar una versión para un tributo a un artista referente para nosotros que saldrá a finales de septiembre».

Fernán: «Siempre que íbamos a un estudio teníamos que explicarle a la persona encargada de grabar, mezclar, etc. lo que queríamos conseguir. A Xurxo obviamente no hubo que explicarle nada porque siempre estuvo en el grupo, en cada ensayo, en cada discusión sobre el arreglo de turno, en cada conversación sobre discos que nos gustan, etc. No hubo que decirle nada e hizo un trabajo técnico espectacular; claro que repetiremos, si no nos mata él al resto antes [risas]».

 

Se dice muy pronto, pero quince años pasaron entre Melted to Oblivion y Altospeaker. ¿Qué diferencias, y similitudes, destacaríais entre ambos trabajos?

David: «Como broma, siempre digo que ¡debemos ser la única banda que da más leña cuanto más vieja va! [Risas]».

Miguel: «Y casi veinte de nuestra primera demo... ¿Qué veo distinto? Pues lo mismo que veo cuando nos veo a todos, ya no somos las mismas personas que hace veinte años».

No queremos lo mismo; la vida da muchas vueltas y te muestra muchas caras, y si eso lo pasas al musical, pues ahí lo tienes... Supongo que inicialmente todos estábamos más tranquilos, luego nos pasaron cosas y nos enfadamos un poco y sacamos el disco más cañero; pues como la vida, cuando te haces viejo te vas haciendo más rabudo, algo así».

Normalmente las bandas sacan sus discos más cañeros al principio, nosotros lo hicimos al contrario. Siempre nos gustó llevar la contraria supongo. O a lo mejor fue todo una casualidad.

Xurxo: «Cuando empiezas a hacer música en un grupo no sabes muy bien por dónde van a ir los tiros. Con el paso del tiempo vas encontrando tu sitio y sabiendo dónde estás más cómodo y qué funciona mejor. Es todo un aprendizaje continuo. Ojalá podamos seguir haciendo más música juntos».

Fernán: «Yo pienso que no fueron hechos por las mismas personas [risas]. No creo que tengan mucho que ver, ni en el sonido, ni en el tipo de temas, ni lo que queríamos ser como banda. No me resulta fácil encontrar muchas similitudes la verdad, pero me gusta ver cómo nos movemos del punto A al B y no nos quedamos en un bucle infinito en el punto A, haciendo la misma canción durante 15 años. Quizás no es un acierto desde el punto de vista del marketing, pero artísticamente hacer lo que quieras sin tener en cuenta lo anterior es sumamente satisfactorio».

 

Foto © Juanpa Ameneiros

 

Ferrol es tierra prolífica de artistas, ¿cómo veis vosotros la escena musical local?

David: «Hay mucha gente haciendo cosas, y cosas muy buenas, pero me da pena que a la hora de programar se tire muchas veces más por los “homenajes” que por las propuestas originales».

Miguel: «Bien, la veo bien. Hay bandas guays que llevan mucho tiempo y tienen toda nuestra admiración como Wisdom, Window Pane, Quant, etc... Buf ¡hay mucha cosa!

Algo muy bueno de la comarca es que puedes pasar de una banda de metal como Schwarzenegger a algo acústico como Jamie Fithring sin perder la calidad en ningún estilo. Es que hay muchas... David toca a mayores de con nosotros en Nuclear Family, una banda que lleva toda la vida también y mola mucho».

Xurxo: «Ando un poco desconectado de la escena local desde que la paternidad llegó a mi vida. Puedo nombrar a Turbo Kraks y al gran musicazo Jamie Fithring; bandas más veteranas como Window Pane y Pölisong, y cosas más actuales como Mentha».

Fernán: «Creo que es la ciudad y comarca de Galicia con más artistas de verdad por metro cuadrado; no solo en lo referente a música, tenemos actores, pintores, etc. El problema es que nunca se puso el foco allí. En Ferrol la música es una constante, siempre se cantó y tocó en los bares; no recuerdo una reunión familiar sin cantar y tocar en la sobremesa cuando era pequeño.

Como digo, hay mucho artista local, pero supongo que evolucionar de artista local a poder vivir de eso pasa también porque haya unas condiciones industriales adecuadas, que en Galicia y en concreto en Ferrol no se dan; parece que vivimos perpetuamente en 1982 y los medios de comunicación prefieren hablar de cualquier otra cosa antes que del arte. Esto es extrapolable al resto de España, hay un problema muy grande de educación e industria».

 

 

La gira presentación del disco empezó en la Sala Ruido (Ferrol). ¿Cómo fue a volver jugar en casa con un nuevo disco bajo el brazo?

David: «Fue un placer hacer la presentación del disco en casa. Hubo mucha gente y nos sentimos muy arropados. ¡Se montó una buena fiesta!».

Miguel: «En Ferrol siempre bien, una fiesta. Muchas caras conocidas, lógicamente, y siempre lo pasamos muy bien».

Fernán: «Desde que somos banda, excepto con la maqueta, siempre presentamos disco en ese local. Se llamó Run-Rum, Super 8 y ahora Sala Ruido, así que es como tocar en una extensión de nuestro local de ensayo; lo más curioso es que la gente sigue respondiendo».

Creo que nuestras tocadas en Ferrol están a caballo entre un aquelarre y una fiesta popular».

 

Foto © Juanpa Ameneiros

 

Este fin de semana subís al escenario del FeneRock. Para los que todavía no han tenido oportunidad de disfrutar de vosotros en directo, ¿cómo es un concierto de Sandford Music Factory?

David: «Energético. Pueden esperar a ver a cuatro tipos sudorosos que disfrutan al máximo haciendo música y que intentan transmitirlo al público».

Miguel: «Pues intentamos que sea lo más intenso posible y que la gente, aunque no le mole el estilo, mantenga los ojos y orejas sobre nosotros».

Fernán: «Pues no lo sé, nunca los vi en directo [risas]. Lo que sí sé es que siempre intentamos dar lo mejor de nosotros mismos y que la gente lo disfrute al máximo; ese es el objetivo».

 

En la actualidad, ¿qué artista o grupo gallego nos recomendaríais? ¿Algún favorito que deberíamos conocer?

David: «Voy a recomendar a una banda de Ferrol que se llama Demo Rumudo y que me parecen unos verdaderos fenómenos. No os puedo definir el estilo... Buscad en Spotify o YouTube y juzgad por vosotros mismos».

Miguel: «Yo no entiendo como el primer disco de Jamie Fithring no lo petó, Torches in the Alley (2015); ya tiene unos años, no es actual, pero es lo que se me vino ahora la cabeza para recomendar... es un discazo. También recomendaría a Quant».

Xurxo: «Estoy escuchando mucho a Moura, me parece una propuesta muy interesante».

 

Si abriésemos vuestras cuentas personales de Spotify, ¿qué escucharíamos? 100% Sinceridad, 0% Vergüenza

David: «Me gusta todo tipo de música, así que podéis encontrar de todo. Desde mi Santísima Trinidad más uno, que son Prince, James Brown, Stevie Wonder y Michael Jackson, hasta Orange Goblin o Kyuss, pasando por Marvin Gaye, Aretha Franklin, Yes, Focus, Albert King, Howling Wolf, Red Hot Chili Peppers, The Allman Brothers, Groundation, Peter Tosh o Bob Marley, Lady Gaga o mi amado Nino Bravo... ¡Casi cualquier cosa es posible! [Risas]».

Miguel: «Nada, no utilizo Spotify».

Xurxo: «Mis últimas escuchas: The Gutter Twins, Zeal & Ardor, Ann Peables, Fillas de Casandra, Grande Amore, Filter, The Hives, Kyuss, Nine Inch Niles, Chris Cornell, Alain Johannes, Eleven, Jeff Buckley».

Fernán: «Principalmente música de los sesenta y los setenta: Beatles, Bowie, Led Zeppelin, Sabbath, CSNY... Un poco de los noventa: The Smashing Pumpkins, Soundgarden, AIC... También un poco de stoner/psicodelia (por llamarle algo): Kaleidobold, Sacri Monty, Kadavar, All Them Witches... Un grupo que descubrí hace poco Frankie and the Witch Fingers y también algo de música infantil a cargo de Pakolas. Poca música española, pero últimamente flipé mucho con el proyecto de los Estanques con Annie B Sweet, una maravilla».

 

  noticias